ZIMAPAN: CAPITAL DEL VANADIO
El descubrimiento del Vanadium
por don Andrés Manuel del Río, (Madrid 1764-Máexico 1849), contemporáneo de
Gotlag Wener y Luan Dorcet, el primer gran químico creador de los signos
característicos y las descripciones mineralógicas; hizo serios estudios sobre
Geognosia; también Van Buch, Seaure, Weber y discípulo de Lavousier.
Del Río vino a México como
catedrático del Real Seminario de Minería, compañero de estudios del barón
Alejandro Von Humboldt en Europa en la última década del siglo XVIII; junto con
este ilustre personaje se dedicó en las minas de Zimapán al estudio de los
metales y tras larga y minuciosas investigaciones, del Río llegó a la
conclusión de que originalmente el Vanadium se le daba universalmente el nombre
de Pancromo, después de Kritono (éstos encontrándose en su forma rudimentaria)
ya que por la variedad de sus óxidos, disoluciones, sales o precipitados
formado con los Alcalis y tierras que se tornaban rojas al fuego, estos
elementos procedían de una extraña piedra que, como ya se mencionó, formaba
parte de los fósiles recogidos en las minas de Zimapán especialmente en la
Purísima.
Entre diversos fósiles que se
pueden mencionar tenemos los siguientes: la neolita, estibnita, granatita,
pyenita, azufre nativo, espalafluor, barita. Asbesto suberiforme, granate
verde, orpimeto cresopasa y una nueva especie de ópalo que el propio Humboldt
dio a conocer en Europa.
Por diversos motivos, del Río
abandono un poco sus investigaciones sobre resultados más positivos respecto al
Vanadium, habiéndose interesado Seftroëm, gran químico Sueco, por dichos
estudios; continuó el tratado del Río hasta llevarlo a un perfeccionamiento
definitivo; así en 1830 hizo saber públicamente la existencia de un nuevo metal
al que puso el nombre de VANADIUM, en honor a una diosa de la mitología sueca.
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