Cuenta la leyenda que en el Cerro del Dashí, se encontraba una cueva, en la que según cuentan, moraban ahí las almas en pena que cuando vivieron se notaron por su crueldad, avaricia, explotadores y enemigos de Dios.
Cerca de ahí se encontraba una anciana pastora, de nombre Pomposa, en una ocasión escuchó que la llamaron, tan distraída estaba recogiendo leños, que no hizo caso, la llamaron más fuerte y entonces volvió su mirada a la enorme cueva donde se encontraba la figura de Don Luis, éste la invito a que se acercara. Al tenerlo cerca, se hizo para atrás, pues sabía que Don Luis había muerto unos veinte años atrás. “Ven - le decía -, acá adentro tengo mucho dinero que te lo regalaré para que ya no trabajes, también allá adentro tengo muchos de mis amigos como: Don Margarito Rosales, Don Enrique Mendoza, Don Bernabé Márquez, Doña Juanita García, en fin, a todos nosotros nos serviste mucho y ahora queremos recompensarte”, para entonces la anciana ya se había introducido y efectivamente en el interior había más gente rica, pero toda ya se había muerto, Pomposa logró reaccionar, dio media vuelta y corrió a la salida al tiempo que se encomendaba a Dios..